La dignidad a través de la mirada

El fotógrafo navarro, Miguel Bergasa, inaugura la exposición de su obra Menonitas de Nueva Durango con una masterclass en en Museo Universidad de Navarra. Los interesados pudieron escuchar de boca del artista su recorrido hasta llegar a la obra que hoy se expone en las salas del Museo. 

RODRÍGUEZ MAISTERRA, Isabel

Museo Universidad de Navarra, Pamplona, 17 de octubre de 2018

20:25.- En muchas de las fotografías se puede apreciar cómo el protagonista te mira a través de la cámara del fotógrafo, de Miguel Bergasa. Recomendaría a cualquiera visitar la exposición Menonitas de Nueva Durango. La mirada sencilla del artista y el valor documental de la obra la hacen asequible e interesante a todo tipo de público. Aconsejo venir con tiempo y respetar el silencio para poder encontrar detrás de cada fotografía el alma que el autor quiso capturar.

20:15.- La exposición está organizada por secuencias de fotos que tienen que ver unas con otras. Algunas narran un pequeño episodio, como el entierro de un niño de unos dos años, del que hay varias fotografías. Hay imágenes de interiores y exteriores, de familias, de niños. Bergasa parece tener cierta predilección por los niños, a los que capta maravillosamente bien.

20:10.- A la entrada de la exposición espera un aperitivo para los asistentes. Las salas se han llenado en seguida y sigue llegando gente. Se ha armado bastante barullo, pues todos hablan y saludan a amigos y conocidos. En este ambiente, cuesta un poco apreciar la obra del artista, pues las imágenes invitan al silencio y a la reflexión.

20:00.- La primera que pregunta es una señora que empieza por decir algo que resume lo que debe ser el sentimiento general: «Me he quedado fascinada con esta comunidad». Pregunta lo que todos podemos tener en la cabeza: ¿no saben que existe el mundo exterior? Bergasa afirma que por supuesto, pero que es muy difícil salir de allí. «Ahora, si me preguntáis si son felices os diré que no, son gente muy anodina, ya lo vais a ver en las fotografías». Tras otra breve intervención de alguien del público, termina el encuentro con el artista y la gente sale hacia la exposición.

19:55.- El año pasado, 2017, volvió otra vez. A Jacob ahora le dejaban ir a visitar a su mujer e hijos. Fueron ellos los que recibieron a Bergasa y le introdujeron en las familias. En estos treinta años, han avanzado algo en lo material. Ahora tienen electricidad y algunos electrodomésticos, pero en lo ideológico siguen igual. «No permiten disidencias, les expulsan». El fotógrafo termina para dar paso a las preguntas. Los asistentes le dedican un cálido y sincero aplauso.

19:50.- En 2011 realiza un nuevo viaje a la colonia menonita de El Chaco. Esta vez se encuentra con que su amigo Jacob no está, pero sí su mujer e hijos. Ella le cuenta que ha sido «disciplinado», es decir, expulsado por romper las normas. Bergasa afirma que Jacob «era diferente a los otros hombres de la colonia». El hijo le da un número de teléfono para poder localizarle. Se encuentra con él en Asunción. Ahora tiene coche, «celular»… Pero Bergasa se ha quedado sin alguien que le aloje y le introduzca en la comunidad.

19:45.- En 2003 decidió volver y, Jacob, que seguía en la colonia, le volvió a alojar y acompañar en su trabajo. Una dificultad era el idioma: «yo no sé alemán, los hombres hablaban deficientemente el español y las mujeres no lo hablaban». Bergasa se encontró con un reto, ya que «cuando tomo una fotografía, tengo una conversación previa con la persona».

19:40.- Les costó dar con la colonia que buscaban, una colonia de menonitas integristas (los más radicales, ya que hay menonitas que viven como el resto de gente, en el siglo XXI). «Me interesa lo que sé que el tiempo borra». Por eso, Bergasa ha visitado esta colonia a lo largo de treinta años, para comprobar si siguen anclados en el tiempo. «Aquello fue como entrar en un túnel del tiempo e ir al siglo XIX». Cuando explicó el proyecto la única condición que le pusieron fue no sacar fotos dentro de la iglesia. Contó con la ayuda de uno de los hombres importantes de la colonia, Jacob, que le acogió en su casa y le introdujo en las familias. Esto fue en 1988.

19:35.- Hace entonces un breve resumen de la historia de los menonitas. Se trata de una escisión de la Iglesia en la época de la reforma protestante, siglo XVI. Pertenecen al grupo de los anabaptistas, rechazan la guerra y proclaman la separación Iglesia-Estado. Por este motivo son perseguidos y huyen a Rusia. Por un lado, los países no suelen tener problema en acogerles, porque son gente pacífica, pero ellos exigen tres privilegios sagrados: mantener su idioma (un dialecto alemán), estar exentos del servicio militar y tener control sobre la educación. Cuando no se han respetado estas condiciones, han migrado. De Rusia a Canadá, de Canadá a México, de México a Paraguay. En El Chaco viven 15.000 menonitas.

19:30.- Tras el vídeo, Bergasa relata su primer encuentro con esta gente en 1983, en Asunción (Paraguay). Vestían distinto y tenían rasgos étnicos diferentes a los paraguayos. Estaban vendiendo queso. Pregunta a sus amigos de Asunción y se interesa por esta comunidad. Con otros amigos españoles, planea un reportaje fotográfico y un documental para la televisión. El aislamiento en el que viven las colonias menonitas supone un problema.  El único dato que tiene es que viven en El Chaco.

19:25.- Después de este breve recorrido por su obra, el fotógrafo va a explicar la obra que se expone, Menonitas de Nueva Durango. Primero, pone un vídeo para situar a la audiencia en lo que él vio cuando llegó, porque para quien no ha oído hablar nunca de los menonitas, dice, es difícil de imaginar. Suena una suave música sin letra y en el vídeo se suceden fotografías de las personas de esta comunidad. Las mujeres visten todas igual, con vestidos que recuerdan a las campesinas del siglo XIX y los hombres lucen todos petos azules, camisas blancas y sombreros de paja.

19:20.- Perú, México, Paraguay… Va mostrando las fotos, la mayoría en blanco y negro. La audiencia no despega la vista de las pantallas. Silencio, no se oye ni un susurro. Cuba, Panamá, Bolivia… No son paisajes, son las gentes, las costumbres. Recuerda quizá al realismo barroco, ese documentar lo que ocurre en la calle tal cual es. La gente sigue la secuencia de imágenes con un silencio del que se deduce admiración. La voz pausada y profunda de Bergasa consigue atrapar.

19:15.- Después de algunos proyectos más en España, viaja a América Latina. Allí descubre unas imágenes «que me recuerdan a la España de hace cuarenta años». Se dedica a fotografiar ritos religiosos que muestran el sincretismo entre el catolicismo y las tradiciones indígenas. Con cada fotografía, en especial con los retratos, trata de capturar «la dignidad a través de la mirada. Me están mirando a mí y yo les estoy mirando a ellos». Las imágenes proyectadas hablan por sí solas.

19:10.- Bergasa muestra, en dos pantallas situadas a ambos lados de la sala, su trabajo fotográfico correspondiente a los años que va narrando. Tras la etapa de formación en Madrid vuelve a Navarra. Lo que trata de capturar con su cámara es la memoria, los recuerdos de su infancia, aquello que ahora es y piensa que desaparecerá en poco tiempo. Muchas de las fotografías muestran oficios de artesano: «el trabajo de personas anónimas que desapareció con ellas».

19:05.- El fotógrafo ha anunciado que expondrá su trayectoria hasta llegar al proyecto que ahora se estrena en una de las salas del Museo: Menonitas de Nueva Durango. Habla de sus comienzos en la Agrupación Fotográfica de Navarra. Seguido se refiere a su traslado a Madrid por razones de estudio y laborales, donde encontró «una generación con mis mismas inquietudes». Indica que aquella temporada en la capital fue de aprendizaje.

19:00.- La masterclass da comienzo. El presentador es breve para no restar minutos a la valiosa intervención del artista, el fotógrafo Miguel Bergasa. Este último empieza agradeciendo al Museo y a todos los colaboradores que han hecho posible la exposición y este encuentro, también agradece al público su presencia.

18:55.- El aula 1 del Museo Universidad de Navarra, donde va a tener lugar la masterclass a cargo de Miguel Bergasa para introducir su obra, está ya llena. De hecho, han tenido que añadir sillas de más y hay gente que se ha quedado de pie. El artista está en la puerta saludando a invitados y conocidos. La mayoría de los asistentes se mueve en una franja de edad entre los 40 y 60 años, aunque hay algo más de una quincena de universitarios desperdigados por la sala.